Lo dijo Dios

Soy espada armada y ardiente que sacude simientes latentes, arribo, derribo, construyo y destruyo. Te puedo hacer la guerra con pena y destruirte en paz, hago morenas y también hueras, en el universo vivo en su faz; en el espacio inmenso me expando en silencio y hago bulla en suspenso. La tierra es mía, caliente o fría, también las fieras, el cielo y sus esferas. Este planeta lo destruyo en dos segundos y construyo en menos tiempo mil de estos mundos, puedo volar sin alas y explotar, penetrar como las balas; te salvo del fuego, te hago sano eterno, yo no juego, dichos modernos, mis palabras son eternas y permanecen, tiernas, pero también se mecen ante el absurdo ruido que ruge en otros mundos que no me merecen. Hablo, soy como el viento, aire violento, pero también soy bueno, cuerdo y tierno. Viajo más rápido que la luz y te salvé en la cruz, me lleno de poder azul, doy vida sin envidia, hago nacer, veo muertes, gente perecer, gentes que pasan otras murallas, más allá de sus agallas. Yo subo potentemente, penetro tu mente y te reto, soy fuego ardiente. Tomo la luna y la giro ciento ochenta grados en su cuna, la tomo de nuevo y hago leopardos en los mundos de abajo, tomo el mar y lo absorbo, lo hago secar, la tierra la voy a disparar y a los humanos puedo exaltar. Tomo el sol y no me quemo, lo bebo y no siento el veneno, soy poderoso; el dinero no lo necesito, pues poseo bienes eternos sin esmeros pasajeros, mando mensajeros y hablan mis anhelos. Yo soy el que soy y soy ayer, siempre y hoy, desde ayer hasta mañana todo soy, en la soledad y en las manadas, en las lágrimas plasmadas, en las risas esfumadas, en las frustraciones difamadas; soy el guardia del Universo. Soy derecho, inverso, correcto, concreto, prosa y verso, soy todo; te di existencia, te puse conciencia, creé la ciencia y tengo clemencia. –Lo anterior lo dijo Dios-

Autor: J. Marcos M. Q.